4.8.10

Hay un intruso dentro mio que se queja y tiene frió, que ya no puede escribir. Que miente cuando quiere decir la verdad y dice la verdad cuando quiere mentir. Ya no se toma nada en serio, la verdad es que es un misterio cómo pudo entrar en mí.
A cada paso que da le falta espontaneidad, no se tiene confianza... dice todo que sí. Y cuando juega a la pelota no se anima a gambetear, juega para la tribuna, no juega para ganar.
Los granos son un tema menor, pero muestra también el grado de dejadez. Y ni hablar de los proyectos, ya no tiene, se jacta de hacer deporte todo el día tocándose.
Este intruso come que da miedo, y duerme hasta el mediodía. No sé más que hacer con él... Con su pereza, su injuria, su codicia y los cuatro pecados capitales que le metió Lucifer.
Si se cruzan con su mirada, déjenlo en su caminar, pasada la sudestada él se va a comunicar. Que la culpa no les carcoma los huesos, ya va a haber tiempo para las risas, los abrazos y los besos. Déjenlo en su mundo, un mundo muy poco profundo, donde no se ríe, donde no se llora, donde no se vive a pleno, ni el presente ni el ahora. 
Lo ÚNICO que me enferma es saber que siempre en la perra vida jamás me voy a deshacer de él. Siempre adentro mio, fiel a su promesa de quemarme la cabeza, para que yo sea infeliz... Me enferma comprender que forma parte de mi. 



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