1.8.10


Como hipnotizados por esta costumbre hemos decidido vivir la rutina de seguir durmiendo en la misma cama. Pero la verdad es que tenemos miedo y sin darnos cuenta estamos compitiendo para ver quién dice la ultima palabra. 
No queremos ser sinceros y aceptar que ya no queda nada, que ya no existe la ilusión de despertar juntos cada mañana. Y que los días se nos van y no mirarnos a la cara para poder disimular como si nada nos pasara, pero no es verdad.
Que se apago la llama, el fuego que quemaba, que se acabo la magia que nos envolvía... nuestro amor se terminó así como si nada.

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