No se si el tiempo es propio de nuestra conciencia, no se si existe de verdad, no se quien pueda comprobar si todo es una foto o va al ritmo de un tic-tac.
¿Pero que diferencia hay si de la conciencia no nos podemos librar? Esa guía innata y leal, que vos bien sabes; no siempre podemos respetar. Y hoy debe ser la tuya mi peor enemiga, la que te hecha la culpa por no saber aguantar tus ganas y las mías de parpadear una vez más.
Vos no te preocupes que yo voy a intentar que pegue media vuelta y patee para allá. Sé que no es irreversible este proceso, pero no quiero que valla hacia atrás.
Yo por ateo y racional no tengo a quién rogarle, vos tan insegura que queres cambiar de vida. Yo de la esperanza, un mal amigo. Y vos tan frajil como aquella hojita que me pediste que guarde.
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