Una vez te perdoné por ser joven e inocente te miré me sonreí y con una calma aparente.
Otra vez te perdoné, tú ya eras reincidente. Te confieso me quedé con la sangre tan caliente, y te perdoné. Porque te amo, ni se te ocurra una vez más...
La tercera es la vencida te lo juro por mi vida y yo no soy de jurar.
La tercera es la vencida por más que cause una herida imposible de borrar.
La tercera es la vencida aunque me arrastre perdida, no te voy a perdonar!
Una es poco; dos es mucho, y tres ni que hablar.
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